Diagnóstico de la eyaculación tardía o ausente
La herramienta más importante para su diagnóstico es realizar una completa y exhaustiva historia clínica, el exámen físico genital, pruebas de laboratorio, e indagación del vínculo afectivo y erótico de la pareja.
Diferenciar el trastorno eyaculatorio de otros problemas sexuales, por ejemplo descartar dificultades para conseguir y mantener una erección suficiente, así como alteraciones en su deseo sexual.
Indagar si el problema es consecuencia del consumo de determinados psicofármacos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) que suelen afectar la respuesta eyaculatoria.
La mayoría de estos trastornos orgásmicos obedecen a causas psicológicas. La ansiedad de ejecución, el estar pendiente de complacer a la pareja, el rol de espectador así como la preocupación constante y obsesiva por lograr eyacular.
Tratamiento de la anorgasmia masculina
Debe ser específico para la causa. Existen varios enfoques terapéuticos, como intervenciones psicológicas, farmacológicas y tratamientos específicos para varones que no logran embarazar.
Si se descubre una etiología orgánica corregible, el tratamiento se dirige a revertir esta afección.
Los varones que padecen esta disfunción experimentan mucha ansiedad antes y durante el encuentro sexual. La exigencia propia y de la pareja solo logran agudizar y cronificar el cuadro. Estar muy pendiente de “si va a terminar o no”, de “cuánto le falta”, no colabora con relajarse y dejarse llevar por el placer, sino que aumenta la presión, la desconexión con la pareja y con sus propias sensaciones eróticas.
De esta manera, cuando el varón está en el momento de mayor placer sexual, previo al orgasmo, el estar pendiente de alcanzar la meta “tan ansiada” genera que aumente las embestidas pélvicas, la sudoración, la tensión muscular, aprete las mandíbulas, pasando de una situación placentera a otra esforzada. Abandonando muchas veces la relación sexual por cansancio.
Este final genera mucha frustración, enojo e imotencia en el varón y su pareja. Y como consecuencia, evitación y rechazo de las relaciones sexuales, afectando a su vez el vículo.
Tratamiento psicológico de la eyaculación demorada
La Terapia Sexual ha demostrado ser la estrategia más exitosa y con mayor evidencia científica. Se basa en el modelo de la Terapia Cognitivo Conductual y la Terapia Focal, que incluye estrategias de psicoeducación, educación sexual, corregir mitos y falsas creencias, disminuir la ansiedad sexual y el temor al fracaso.
A su vez, propone usar estrategias para favorecer la eyaculación, como corregir el patrón masturbatorio, la relajación guiada, el entrenamiento del piso pélvico, la focalización sensorial, el placereado, la comunicación sexual, entre muchas otras.
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